La desintegración del Bloque Socialista

Desde la Primavera de Praga en 1968 había quedado claro que muchos de los regímenes satélites comunistas habían perdido su legitimidad y se mantenían en el poder mediante la coerción del estado, o respaldados por la amenaza de invasión soviética.

Veinte años después el escenario era muy diferente...

En la segunda mitad del año 1989 el poder comunista dejó de existir en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y la República Democrática Alemana. Poco después le siguieron Yugoslavia y Albania. LA RDA sería muy pronto anexionada por la Alemania Occidental; en Yugoslavia estallaría una guerra civil.


La unificación alemana

Desde su construcción el muro no expresaba ningún conflicto entre los propios alemanes sino que era el símbolo europeo de la guerra fría entre U.R .S.S. y los EE.UU. En tal sentido, cuando comenzaron los primeros signos de democratización en Polonia y Hungría, el régimen comunista encabezado por Erich Honecker endureció su política represiva y pareció terminar con las esperanzas de reformas de los alemanes orientales.

A mediados de 1989, Hungría -para entonces bajo la autoridad de un gobierno reformista- decidió abrir sus fronteras occidentales. Así, más de 200.000 alemanes orientales que se hallaban en territorio húngaro aprovecharon la ocasión y huyeron al Oeste. De inmediato, otros miles de alemanes orientales solicitaron asilo político en las embajadas de Alemania Occidental en Praga y Varsovia. A partir de ese momento, comenzaron a sucederse innumerables manifestaciones multitudinarias en todas las ciudades importantes de Alemania, que terminaron por derribar el duro régimen de Honecker.

El nuevo gobierno propuso algunas reformas moderadas, como permisos de viaje al exterior durante períodos más largos, que no lograron reducir la presión popular. La revolución ya no podía ser detenida y en noviembre, los berlineses de ambos lados se lanzaron sobre el Muro y comenzaron a abrir en él las primeras brechas. Los guardias de la frontera germano-oriental abandonaron sus puestos y la gente pasó de un lado a otro del Muro en un clima de festejos.

La caída del Muro se constituyó en el símbolo del fin del orden comunista en Europa oriental y del fin de la GuerraFría.

A diferencia de lo sucedido en Yugoslavia y Checoslovaquia, la caída del Muro precipitó las tendencias hacia la unidad alemana. Se iniciaron entonces un conjunto de reformas internas como el acuerdo para crear un banco unificado y determinar la paridad entre las respectivas monedas, poniéndose la fecha del 2 de julio de 1990 para la definitiva unión monetaria y económica. Al fin los alemanes del Este cambian su dinero por marcos alemanes occidentales

En julio de 1990, las economías de Alemania Occidental y Oriental fueron unificadas y, en octubre de 1990, la unificación política de las dos Alemanias fue una realidad.



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